Las vacaciones
de verano traen consigo muchos momentos de diversión, en los que se disfruta de
estar al aire libre y bajo la luz del sol. Ya sea en una visita a la playa, un
día de campo o jugando en el parque cerca de casa, los días soleados son
deseados por chicos y grandes. Sin embargo, debemos estar atentos y seguir
algunos consejos para proteger nuestra piel del daño que puede ocasionar la luz
solar.
¿Qué hay de
cierto en que la luz solar puede causar
cáncer de la piel?
Los rayos Ultra Violeta
(UV) son parte del espectro electromagnético de luz que llega a la Tierra desde
el sol. Tiene longitudes de onda más cortas que la luz visible, que los hacen
invisibles al ojo. Estas longitudes de onda se clasifican como rayos UVA, UVB o
UVC, siendo los UVA los más largos de los tres, con longitudes de 320-400 nanómetros.
Tanto los rayos UVA como los UVB penetran la atmósfera y tienen un papel
importante en condiciones como el envejecimiento prematuro, daño ocular y
cáncer de piel.
Por lo tanto,
aunque el sol proporciona energía a todos los seres vivos de la Tierra, una
parte del espectro de su luz también puede tener efectos dañinos. Todos los cánceres
de piel son dañinos y algunos, especialmente el melanoma maligno, pueden ser
mortales.