Mostrando las entradas con la etiqueta Educando a nuestros hijos.. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Educando a nuestros hijos.. Mostrar todas las entradas

sábado, 29 de octubre de 2011

¿POR QUÉ ES INDISPENSABLE QUE NUESTROS NIÑOS COMAN SALUDABLEMENTE?

El término “cliché” se aplica a todas esas frases, expresiones, acciones e ideas que han sido usadas en exceso, que son conocidas por casi todas las personas y que precisamente por el abuso en su uso han perdido fortaleza. Y eso es exactamente lo que sucede con la siguiente frase: “Una alimentación sana es indispensable para gozar de buena salud”. Todos los sabemos, todos lo hemos oído alguna vez y ¿por qué es entonces que no todos comemos saludablemente? O peor aún, ¿por qué es que cada vez lo hacemos menos? ¿Qué es exactamente lo que queremos decir los médicos y los nutriólogos cuando aconsejamos esto? Y ¿por qué lo aconsejamos?

El organismo humano requiere energía para funcionar. Cada proceso, como respirar, pensar, dormir o todos aquéllos de los que ni cuenta nos damos, como el circular de nuestra sangre, consumen energía para llevarse a cabo. ¿Y de dónde obtenemos esa energía? Pues sencillamente de los alimentos.  Ahora, ¿por qué es entonces necesario que la alimentación sea “buena, saludable, balanceada”? Si lo mismo obtenemos energía de una bolsa de papas fritas que de una ensalada o un trozo de pescado. He aquí la razón a esto.

martes, 26 de abril de 2011

Criando gemelos... tips de una Mamá Pediatra.

Aunque ciertamente no son los embarazos más comunes, con las técnicas de reproducción asistida, el retraso del inicio de la maternidad por razones laborales o simplemente un momento de buena suerte, cada vez vemos más embarazos múltiples. Sea cual sea la causa, tener la fortuna de sacarse el ticket para ser padres de más de uno a la vez, es una bendición que a unos cuantos afortunados se nos da.

Pero aunque nuestros chiquitos parecen estrellas de rock por donde pasan, arrancando sonrisas y suspiros y provocando el asombro de más de alguno cuando nos ven hacer malabares para lograr tenerlo todo bajo control, ciertamente a veces nuestra dicha puede volverse un poquito complicada y por eso acá le paso algunos tips que yo he venido recolectando en mis 4 años y medio de fabulosa “maternidad dúplex”, como le llamo yo.

1.- Si es posible consiga ayuda.-
Es padrísimo sentirse héroe alguna vez o sentirse la mujer más independiente del mundo, pero ¡ojo!, cuando se trata del cuidado de dos o más bebés a la vez, seguramente una mano extra (ó 2 ó 4) le vendrán de maravilla. Ya sea directamente en el cuidado de los niños o para asistirla en las labores del hogar, la lavada de la ropita y los biberones de los bebés (y así pueda tener al menos unos minutos para usted misma, como para darse un bien merecido baño con agua calientita), consiga que alguien le dé una mano, al menos un par de veces por semana. Le aseguro que estando un poco más descansada, el disfrute de sus niños será todavía mayor.

2.- Individualidad…. Son dos, no uno.-
Aun si son gemelos idénticos (como en mi caso), no se olvide que son dos bebés, no uno repetido. Haga el esfuerzo de tenerlo siempre presente a la hora de acariciarlos, de apapacharlos, en fin, de dedicarles tiempo. En esa dualidad debe haber individualidad y ciertamente pueden ser muy diferentes. No olvidemos que la autoestima es tan importante para el alma, como unas piernas fuertes para nuestro cuerpo.

3.- Evite las comparaciones.-
Como con cualquier par o grupo de hermanos, las comparaciones son lastimosas y se quedan bien metidas en la mente de cualquier personita. Evite compararlos, aún si uno es más apto para alguna actividad o tiene más desarrollada alguna capacidad. Por experiencia personal, le digo que a veces es difícil y se nos puede escapar algún comentario con tono comparativo… no es bueno; apláudale a cada uno por sus propios logros y esfuerzos.

4.- Doble felicidad, doble responsabilidad.-
Sin lugar a dudas, ser mamá de gemelos, es una gran bendición. Cada sonrisa, cada muestra de amor valen la pena los momentos de cansancio extremo que pudieran ocurrir de cuando en cuando. Asimismo debemos estar conscientes que se trata del cuidado de dos chiquitos a la vez, así que siendo honesta con usted, le recuerdo que se trata de más trabajo que el que representa un solo bebé.

También recuerde que cuando van creciendo y dejando de ser bebés, estamos frente a dos chiquitines móviles que van de aquí a allá haciendo travesuras… ¡doble peligro!. Tenga su casa lo más segura que se pueda y esté siempre pendiente de lo que hacen (de ahí lo de conseguir ayuda si le es posible).

5.- Doble amor, misma firmeza.-
Y al igual que cualquier personita, llega la edad en la que manipulan y en un descuido, hasta conspiran los diablitos estos. Así que, como con cualquier hijo, debemos darles mucho amor, sin olvidar la firmeza cuando haya que decir “no”.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Saber decirle "¡No!" a los hijos.... es elemental.

Creo que a la mayoría de nosotros nos tocado presenciar la rabieta de algún niño... quizá fuimos uno de esos diablillos que hacían sus berrinches por doquier, para conseguir algo, o quizá ahora de adultos seamos el padre o la madre que las  tiene que "soportar". A mí misma, tanto como  de pediatra, como de mamá, me ha tocado vivir de cerca este tipo de escenas, ya en la consulta o en mi propio hogar, porque sería mentir el decir que mis hijos son excelsamente bien portados y  que nunca han hecho un berrinche.. Es más, admito que cuando fui niña, también los hice.

Sin embargo, cada vez me toca ver y escuchar a más mamás que no saben cómo poner orden y control a las constantes escenitas que les hacen sus hijos... O como le pasó recientemente a una prima hace unos días en el súper mercado, quien reaccionaba con firmeza ante el berrinche de su hija quien quería que le compraran un juguete, mientras mi prima le decía que no a la niña, e ignoraba su llanto, de pronto una mujer se acerca y le dice "¿¡que no ve que su hija llora!?, haga algo ¡porque me dan ganas de quitársela!" La falta de valor para controlar y educar a nuestros hijos parece universal, entonces me pregunto: ¿qué le pasó al gobierno que los padres tenían sobre sus hijos?... 

Aquí una escena frecuente para mí:
"Paquito, bájate de ahí, ¡hey! deja eso ya, es de la doctora.... ¡niño!... salte de ahí,  la doctora está trabajando, vas a tropezarteeee con los cables.... ¡Paquitoooo!, ¡ay no, doctora... este niño de plano no se aguanta!"

Están tan de moda el trastorno de déficit de atención, que seguramente muchos pensarán en eso primero que nada. Pero yo conozco muchos Paquitos y Paquitas que con una mirada de sus mamás o con una sola llamada de atención se sientan quietecitos en la mesa de juegos y nos dejan seguir con la consulta. Es de llamar la atención ese contraste. ¿Por qué algunos padres sí controlan a sus inquietos hijos y son respetados y adorados por ellos, mientras que otros parecen hablarles hasta con temor cuando los están "corrigiendo"?

Por otro lado, con todo esto de los derechos humanos, la libertad de expresión (misma que yo adoro), el di no a la nalgada y todas estas tendencias, siento como que de pronto perdimos el rumbo y la dirección sobre la educación de nuestros niños. Y que conste que  soy la primera en alzar la voz en contra de cualquier forma de maltrato infantil físico, psicológico o emocional. Solamente cuestiono si  con esta crisis universal de  valores que estamos teniendo, ¿no habremos perdido también el valor de educar, con amor pero con firmeza a nuestros propios hijos?

Llegamos a este mundo sin manuales ni instrucciones de ningún tipo y también para ser padres habremos de aprender sobre la marcha, a la buena de Dios, haciendo uso del sentido común, del amor y de la razón. A nadie le gusta ver a sus hijos llorar ni sufrir. Y estoy segura que la gran mayoría no quiere equivocarse con la crianza de su hijo.

A los que tenemos la fortuna de ser padres, se nos encomendó esta bellísima labor de criar y formar personas con valores, que cuando crezcan sean capaces de dirigir sus vidas por un buen camino y sean personas de bien. El chiste es ¿cómo lograr este equilibrio para ser realmente buenos guías de nuestros hijos,  orientándolos con amor pero sin perder la perspectiva de que quien los educa somos nosotros?, ¿cómo reaccionar sin caer en el círculo vicioso de "madre frustrada y castigadora--niño castigado y mayor rebeldía"?

Les comparto mi personal punto de vista sobre algunos aspectos de la educación de los niños. No soy psicóloga infantil, simplemente soy mamá y Pediatra y por tanto, me rodeo de muchas mujeres que al igual que yo andamos recorriendo a tropezones y resbalones el maravilloso mundo de la maternidad, aprendiendo algo nuevo, cada día.

Aquí algunos aspectos  sobre el comportamiento natural de los niños que tenemos que tener en mente y que debemos recordar a la hora de decidir estrategias para educarlos, como lo es el aprender a decirles  "NO", sin después sentirse el más mísero de los bichos.