miércoles, 12 de enero de 2011

Llegó la hora de dormir... pero nada más en el reloj...

...  porque este niño, ¡no se quiere dormir!

Finalmente estoy escribiendo sobre cuestiones de sueño infantil.  Había querido hacerlo desde hace tanto, pero tanto tiempo, pero no me atrevía ... era como un asunto betado, como mi talón de Aquiles... Pero hoy me cuestionaron del tema y era el momento para darle rienda suelta a mis delirios de escritora. Aquí va la respuesta.

Resulta que al igual que muchas madres que conozco, yo sufrí durante años de una deprivación de sueño agotadora. Mis gemelas me han hecho ver mi suerte cuando de dormir se trata. Siendo Pediatra, me sentía fracasada en este aspecto. ¿Cómo era posible que MIS hijas no durmieran toda la noche cuando se "suponía" que ¡debían hacerlo!?. Sin embargo, me gusta ser honesta con mis pacientes y cuando han pedido mi opinión sobre cuestiones del sueño de sus hijos (que si dejarlos llorar, que si sacarlos y cargarlos, que si ¿qué hacer?).. les he dicho: "creo que no soy la mejor persona para opinar del tema, yo misma no sé".

Pero esto no habría de vencerme. Sólo tenía dos alternativas, morirme de cansancio y dejárselo al tiempo, o bien informarme, experimentar y aprender y usar el tiempo como mi aliado, pues en ambos casos, el tiempo no dejaría de pasar.  Así que me puse a leer aquí y allá. Las niñas ya tienen 4 años y un hermano. Así que ahora puedo platicar lo que he vivido, aprendido y leído; compartir mi experiencia de mamá de tres.

Siendo madre de gemelas y habiéndonos mudado a una ciudad diferente cuando tan sólo tenían ocho meses, las noches de toda la familia (marido, hijas y la mía) se volvieron gradualmente un infierno. De estar durmiendo toda la noche plácidamente en sus cunas, mis hijas pasaron a dormir en cunitas viajeras (que supongo deben ser incómodas, pues ni una noche completa aguantaron durmiendo en ellas), en una habitación completamente distinta, con una rutina diferente y sin ningún tipo de transición. Así son los cambios de ciudad, supongo.

El punto es que de un día a otro, marido, hijas y yo nos encontramos con noches de desvelo consecutivas, niñas llorando en todo momento, irritables durante el día y también un par de padres bien desvelados y refunfuñones. Como es de esperarse, nunca faltaron los consejos bien intencionados de cuantos pueden opinar: "Déjalas llorar, es cuestión de 3 días y ¡listo!"; "No, mujer, ni caso les hagas, te están manipulando, si los bebés son bien inteligentes"; "Es bien fácil: un día déjalas llorar un rato y al siguiente un poquito más y así le vas aumentando, hasta que se callen o se duerman".

Admito que intenté dejarlas llorar, pero afortunadamente lo hice sólo en dos o tres ocasiones, porque al menos para mí ¡eso fue suficiente! Simplemente no pude hacerlo otra vez. Me mataba verlas llorar. Estoy honestamente convencida de que quien propuso el  dejar llorar a un bebé hasta que se cansara y se durmiera ni era madre, ni mucho menos tenía gemelos. Porque cuando yo lo intenté, la gemelita que sí estaba plácidamente dormida terminaba por despertar en un grito todavía más fuerte que el de la hermana, notoriamente molesta y entonces mi problema ya no era un niño rabioso, ¡sino dos!
  • Terminé por entender que el sueño es un proceso evolutivo, y por ser evolutivo, va madurando hasta "normalizarse" y emparejarse con el de los adultos.
  • Comprendí que no hay reglas, ni nada está escrito en piedra cuando de sueño infantil se trata. Que menos del 10% de los niños duermen de un tirón, es decir, toda la noche, antes de los seis meses de edad. Entonces quiere decir que el otro 90% puede darle lata a sus papis. Y en otros casos, como el mío, pueden incluso pasar mucho más tiempo antes de que suceda.
  • Que todos los niños y los adultos nos despertamos durante la noche, pero la gran mayoría de los bebés "no se saben poner a dormir" solitos de nuevo y es cuando piden la presencia de su madre o padre.
  • Que nuestras expectativas tienen mucha relevancia para hacer un problema en donde no lo hay; es decir, si yo espero que mi recién nacido duerma toda la noche y me enoja el que no lo haga, pues estoy creando un conflicto donde no debiera haberlo; habrá que entender que los bebés no vienen con botón de "encendido y apagado".
  • Que no hay suficiente evidencia para recomendar el co-lecho, que significa compartir la cama con tu bebé y que hay evidencia de que incluso pudiera ser peligroso y de que definitivamente lo es si la madre es fumadora. Al final te dicen que si decides compartir la cama con tu hijo, tengas en cuenta los riesgos, que ni lo pienses si eres fumadora o si usas algún tipo de droga o alcohol (tiene mucho sentido y sería muy insensato no seguir esta recomendación), que seas extremadamente cuidadosa de no rodarte sobre tu criatura, o estar demasiado cerca de ella que pudieras cubrirla con alguna parte de tu cuerpo y asfixiarla, que no duermas en una cama cuyo colchón no sea firme, ni tengas una colcha blanda sobre la cama a la hora de dormir.
Al final del día, mi historia no fue tan trágica, incluso estoy satisfecha. Fue pesado atender el sueño de gemelas que despertaban todas las noches y varias veces por noche. Más aún cuando poco después de que cumplieron el año y medio de edad tuvimos la llegada del hermanito. Sin embargo, Dios me llenó de paciencia. Hoy tienen 4 años cumplidos y desde hace apenas unos 7 meses ya finalmente duermen toda la noche, porque hasta ese entonces todavía se despertaban e iban a mi cama de puntillas, para que mi marido y yo no nos diéramos cuenta.  El hermanito duerme en su cuna, toda la noche y desde el año de edad. Lo que comprueba que cada caso es distinto, aún siendo los mismos padres.

En cuanto a su desarrollo, considero a mis hijos como niños felices, emocionalmente estables, seguros de sí mismos y que van a la par con los niños de su edad. No sufren terrores nocturnos ni pesadillas. Se saben amados y saben que si necesitan de mi, estoy disponible. No sé a ciencia cierta qué tanto afecte dejarlos llorar, pero tampoco se ha demostrado tajantemente que no cause ninguna secuela emocional. Incluso, aparentemente sí les afecta y mucho. Al menos yo, no quiero averiguarlo.

En resumen, si es usted uno de esos padres del 10% de niños angelicales, dé gracias y ojalá que así le venga toda la estirpe.  Pero si llegó hasta este párrafo, probablemente sea de mi grupo del 90%. No se desanime, ¡¡sí se puede, sí se puede!! Se requiere mucha paciencia, pero donde hay amor, brota la paciencia. Si su hijo es un niño sano, sepa que terminará por dormir toda la noche, eso se lo aseguro. Sólo le recomiendo que consulte con su pediatra el patrón del sueño de su hijo, para que este le oriente y determine si existe o no algún trastorno del sueño, porque eso ya es otro tema aparte, motivo de otra entrada para este blog. Afortunadamente este tipo de trastornos no son tan frecuentes, así que, de antemano, no se alarme.

Le dejo aquí los siguientes títulos de los libros que leí. Existen muchos otros libros del tema; estos son los que llamaron mi atención. Además, en internet encontrará todavía más información. Lea usted mismo y determine si dejar llorar o atender a su hijo es mejor. Yo voy por la segunda opción.

The No Cry Sleep Solution
Dormir sin Lágrimas
Duérmete Niño
The No Cry Sleep Solution for Toddlers and Pre-schoolers

Hasta la próxima y ¡¡¡"dulces sueños"!!!!    :-)

2 comentarios:

  1. CLAUDIA FELIX (FELIZZZ)13 de enero de 2011, 8:36 a.m.

    Puedo decir que afortunadamenteque soy una MAMA PRIMERIZA CON SUERTE con una bebe de 6 meses.. desde que nacio me ha dejado dormir placidamente mis horas necesarias, me desvelo mas que nada por que quiero cuidarla- recalco soy mama primeriza- , asi que en eso me desvelo, pero mi nena ha sido todo un encanto.. que hasta ahorita no se ha levantado llorando para pedir de comer.. la tengo que levantar jajaja..
    ASI QUE GRACIASS!! =)

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  2. Jajajajajajajaja muy bien Clau!!!... como te he dicho siempre, eres una suertuda afortunadísima jejejeje, pero que bien no?... no a todos nos va de la misma manera pero qué bueno que haya historias como las Emma, de eso se trata la vida... Todos tenemos distintos caminitos y hay que recorrerlos como podamos, con mucho amor y paciencia y seguramente estaremos todos del otro lado. Un abrazote a mi nena linda!

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