viernes, 16 de octubre de 2009

El otro lado de mamá pediatra. Un espacio para compartir.

¡Hola a todos!... me pone contenta finalmente sentarme a utilizar esta herramienta como un complemento para http://www.mamapediatra.com/

Me encanta blogspot porque ha sido parte de mi vida desde principios de 2006, cuando me senté por vez primera a redactar una entrada para el que sería y sigue siendo el blog de mis maravillosas gemelitas, N y D, creado sobre todo, para que pudieran conocerlas e ir siguiendo su crecimiento aquellos miembros de nuestra familia que se encuentran más allá de las fronteras. Y como somos creyentes de la igualdad de los seres humanos, a nuestro pequeño bebé, M, no pudo faltarle su blog. Así que el blogueo ha estado en mi vida y en la de mi familia, desde hace ya un par de años.

En esta ocasión, sin embargo, quiero usar esta herramienta para ustedes, mamás, papás, público en general que desee dar una miradita al mundo maravilloso de los niños, nuestros hijos, hermanitos pequeños, sobrinos, una probadita sobre lo que es la maternidad y la paternidad... pues es esta la entrada a un universo diferente, cargado de risas, de miradas tiernas, pero también de lágrimas y de angustias. Lo que un niño pequeño, sobre todo si es nuestro hijo, puede representar, difícilmente se plasmaría con palabras... no alcanzaría un compendio pediátrico ni un tratado de psicología infantil para poder albergar lo que la vida de una mujer (o un hombre) se convierte con la presencia de un hijo en ella.
Empecemos por el principio, al menos el mío... sin pretender aburrir, ni apantallar, sólo comunicar, hablar, decir... pues ese es el propósito de un blog... compartir con otros lo que a uno le importa, lo que quisiera dejar en en los demás... de ahí el origen de este espacio.

Mi nombre es Claudia Vega, de orgulloso origen mexicano, casada por todas las de la ley y madre, hasta la fecha de 3 maravillosos pedacitos de sol. ¿¡Qué más se le puede pedir a la vida, eh!?... bueno, pues sí se puede, y gracias a Dios, la vida me lo ha concedido.... Estudié lo que más me gustó siempre en la vida, Medicina y lo coroné con el mejor de los privilegios que puede tener un profesional de la salud, al menos a mi personal parecer, el trato con los niños: pediatría. De manera que en casa tenemos una ¡mamá-pediatra! y... ¡¡¡soy yo!!!, jejeje.

Y para ser justos con la cronología, lo acomodaré como realmente sucedió, al menos en tiempo. Graduada de medicina en el año 2000, inicié mis estudios de pediatría en 2002 y me casé en 2004. En abril de 2006 una prueba de embarazo me indicó que otra vida, a parte de la mía se cocinaba dentro de mí... menos de una semana después supe que no era una vida, ¡¡sino dos!!! y empezó la gradual transformación que me fue llevando a lo que ahora soy: ¡una orgullosa madre!

Tribulando sobre cómo haría para terminar mi entrenamiento en pediatría si alguna complicación se presentaba, el tiempo fue pasando y a Dios gracias pude concluir sin mayores contratiempos. Las noches de guardia en el hospital cuando ya estaba embarazada eran diferentes, pero no sólo por el cansancio físico que provoca una gran barriga rellena de dos pequeñitas en crecimiento, sino porque, sin darme cuenta, fui sintiendo cómo lo que antes no me importaba tanto, ahora me agobiaba impresionantemente.

Y¿a qué me refiero con esto último? a que mis ojos dejaron de ver como ven los ojos de un pediatra en entrenamiento, el cuál, ávido de conocimiento busca en los chiquitos que ingresan al hospital signos, síntomas, tratamientos, resultados, evolución, etc, etc, etc, y poco a poco se fueron fijando más en la cara angustiada de la madre, o bien, al interrogar para tomar la historia clínica, mis ojos se mostraban más atentos mientras se narraba la historia pre-natal. No supe cómo ni cuándo, pero de pronto me interesaba como nunca antes la mamá frente a mí, incluso tanto como el propio paciente, su hijo.

Cuando yo elegí esta profesión, me refiero a la Pediatría, lo hice convencida de que me gustaba, de que dedicaría mi esfuerzo y mi tiempo al cuidado de los niños. Nada me generaba mayor interés que esto. Me creía empática, tanto con el niño como con sus padres, pero no sabía de que se trataba realmente esto hasta que no me convertí en madre. Pondré ahora un ejemplo y lo narraré con toda la sinceridad posible, sin importar cómo pueda entenderse.

Recuerdo por ejemplo las guardias en las que llegaba alguna mamá a la unidad de emergencias con la queja más agobiante, al parecer, para todas las madres: la fiebre. La historia parecía repetirse cada vez y uno mismo ya actuaba casi casi como en automático. Llegué a pensar que más de una de esas mamás era exagerada y medio histérica, pues al revisar a sus hijos, no había mayores datos por los cuales alarmarse. Pero eso lo sabía yo, por mi entrenamiento y olvidaba e ignoraba que la madre era, al menos en ese momento, sólo eso: la madre.

Nunca mis ojos pudieron ver al cien por ciento lo que esa madre veía: su hijo enfermo, diferente, sintiéndose mal, anormal, peligrando, diferente, diferente, diferente.... Eso es lo que muchas mamás dicen cuando su hijo está enfermo: "Doctora, no lo sé, pero mi hijo tiene algo, se ve... ¡diferente!"... Todo esto lo pude entender al cien por ciento finalmente cuando mis niñas tuvieron por primera vez fiebre.

Y así como al convertirme en mamá pude entender a los padres mucho mejor en su dolor y preocupaciones, también pude ver a los niños como nunca antes, por más que me encantaran desde siempre; ahora los veo con los ojos de una madre, no solo de una pediatra. La razón de haber escogido esta profesión años antes, se hizo más válida para mí y ahora sé que yo estaba en lo correcto: ¡esto es lo mejor que yo pude escoger!... ¡no hay nada que se le compare!

Quiero pues, estimados padres y personas que se acerquen a conocer este espacio, que podamos usarlo para compartir experiencias, comentarios, dudas.... de esas que conciernen al vivir día a día junto a un pequeño. Para temas de salud, será mejor visitar http://www.mamapediatra.com/  y dejar las dudas médicas en la sección de contacto o que si lo prefiere, escriba a contacto@mamapediatra.com. Pero si usted quiere compartir con nosotros sobre su diario convivir con su hijo o hija, sobre todo lo que acontece al cuidar a un pequeño, y las dudas que esto conlleva, entonces no deje de seguir este espacio creado con tanto amor.... de mamápediatra ¡para todos ustedes!.... comencemos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Deje su comentario